¿Sabías que desde que comenzó la pandemia de COVID-19 han aumentado considerablemente los casos de depresión? A continuación tienes 10 datos que te ayudarán a identificar mejor la depresión:
DATO 1: “La depresión se da con mayor frecuencia en mujeres que en hombres”.
Las estadísticas sobre depresión muestran que se da una prevalencia significativamentemayor en mujeres que en hombres. Sin embargo, en muchas ocasiones la depresión masculina resulta más difícil de detectar para el entorno o para la propia persona. Esto puede suceder por varios motivos: porque no se sabe reconocer la depresión, porque se minimiza el malestar, porque a la persona le cuesta reconocer sus emociones (alexitimia) o hablar de ellas, porque se niega la depresión al verla como una debilidad…
DATO 2: “La depresión afecta a hombres y mujeres de forma algo diferente”.
Debido a la influencia de los roles de género, los hombres deprimidos muestran menos los síntomas más “conocidos” de la depresión, como podrían ser la tristeza o el llanto, y manifiestan con más frecuencia otros síntomas como irritabilidad, enfado, desesperanza, aislamiento, y presentando un mayor número de comportamientos de escape y/o adictivos.
DATO 3: “La depresión no suele darse de forma aislada”.
En la mayoría de casos, la depresión coexiste con problemas de ansiedad. Por otro lado,
la depresión puede darse en conjunto con otros problemas psicológicos, como trastornos
de la alimentación, trastornos relacionados con el consumo de sustancias u otras
adicciones, además de con somatizaciones, enfermedades crónicas u otros problemas
físicos, etc.
DATO 4: “Existen factores que te hacen más vulnerable a la depresión”.
Algunos factores psicológicos influyen en la probabilidad de desarrollo o
mantenimiento de la depresión, como puede ser una baja autoestima, déficit en las
habilidades sociales, tendencia a “darle vueltas a la cabeza” constantemente
(rumiaciones), dificultad en la toma de decisiones, presencia de esquemas de
pensamiento disfuncionales y contar con pocos reforzadores. Por otro lado, existen otros
factores, como el abuso de sustancias o la presencia de factores orgánicos (tiroides,
enfermedades cardiovasculares, enfermedades autoinmunes, enfermedades crónicas,
genética…). Tampoco podemos olvidar el peso los factores socioculturales. Por último, puede producirse una pérdida o la vivencia de un suceso estresante que acabe desencadenando una depresión.
DATO 5: “Estar triste no es tener depresión”.
En nuestro día a día solemos decir que “estamos deprimidos/as” cuando nos
sentimos tristes o tenemos una época mala, pero es importante saber
diferenciar la tristeza de la depresión. La tristeza es una emoción básica que
tiene una gran utilidad: nos ayuda a procesar y a valorar una pérdida o un
fracaso, favoreciendo el análisis, la reflexión y la introspección, lo cual abre el
paso a la generación de futuras alternativas. Además, la tristeza también nos
ayuda a expresar más fácilmente nuestra necesidad de apoyo social, el cual
nos ayuda a sobrellevar los momentos difíciles. La depresión, en cambio, es un
trastorno psicológico que genera cambios en nuestra forma de pensar, sentir y
actuar, y que interfiere en la vida diaria.
DATO 6: “No todas las personas deprimidas se sienten tristes”.
En muchas ocasiones, las personas deprimidas tienen la sensación de “no
sentir nada”, ni positivo, ni negativo. En otras ocasiones, se puede
experimentar otros síntomas como irritabilidad, ira, dificultad en la
concentración, pérdida de energía, disminución del deseo sexual, cambios en
el sueño o cambios de peso. Por otro lado, en la mayoría de casos las
personas deprimidas sienten una gran desesperanza, pierden el interés por las
actividades que antes disfrutaban (anhedonia), y tienen una visión negativa
hacia sí mismos/as, los demás, el mundo que les rodea y el futuro.
DATO 7: “La depresión afecta a tu organismo”.
Además de experimentar síntomas cognitivos, emocionales y comportamentales, las
personas con depresión pueden experimentar cambios en los ritmos del sueño,
problemas de digestión, cambios de peso, fatiga y somatizaciones (picores, ronchas,
etc).
DATO 8: “La depresión puede alargarse en el tiempo”.
En ocasiones las personas deprimidas no buscan ayuda porque creen que el tiempo
“todo lo cura”, o porque consideran que la terapia es un gasto que no merece la pena.
Sin embargo, en función de la gravedad de la depresión y de las características de la
persona, la depresión no tratada podría llegar a alargarse meses o incluso años
(distimia).
DATO 9: “Cualquier persona puede llegar a tener depresión en algún momento de su vida”.
Al contrario de lo que piensan algunas personas, la depresión no tiene nada que ver con la debilidad. La depresión se da en todo el mundo, sea cual sea la clase social, y puede
aparecer a cualquier edad, y como he mencionado anteriormente, hay algunos factores que aumentan su probabilidad.
DATO 10: “La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la ansiedad y la depresión”.
La terapia cognitivo-conductual ha demostrado una mayor eficacia que los fármacos en
el tratamiento de la ansiedad y depresión leve o moderada. En los casos de depresiones
graves o resistentes en el tiempo se puede valorar la combinación entre fármacos
(temporalmente) y la psicoterapia. Sin embargo, un tratamiento basado únicamente en
farmacología (sin terapia), tiene mayor probabilidad de recaídas una vez se abandone el
tratamiento.
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